En el BME Growth, muchas compañías delegan la relación con inversores en el CEO o CFO, sobrecargando su agenda y reforzando la dependencia de una sola figura. Profesionalizar el Investor Relations no solo genera confianza y liquidez, sino que también eleva el estándar de gobierno corporativo.
El acceso al BME Growth abre a las compañías la puerta a los mercados de capitales, dotándolas de liquidez, visibilidad y capacidad de financiación institucional. Sin embargo, la condición de empresa cotizada conlleva también un nuevo estándar de transparencia, comunicación y accountability frente a inversores, analistas y reguladores.
En este contexto, el Investor Relations (IR) deja de ser un mero canal de reporting para convertirse en un activo estratégico que incide directamente en la valoración, el coste de capital y la estabilidad accionarial.
Un aspecto clave en este segmento es que, en la práctica, la función de IR suele recaer en el CEO o el CFO, quienes, absorbidos por la operativa y la estrategia del negocio, asumen también la comunicación con el mercado. Esta dinámica no solo deja desatendida la agenda de inversores, sino que además refuerza la percepción de que la compañía depende en exceso de la figura del CEO, algo especialmente penalizado por inversores institucionales que buscan estructuras sólidas y escalables.
A continuación, cinco motivos por los cuales resulta crítico profesionalizar la función de IR en una small 0 microcap cotizada:
La consistencia en la comunicación financiera y estratégica genera confianza y, en consecuencia, una prima de credibilidad que se traduce en spreads más estrechos en emisiones de deuda y en un mayor apetito inversor en ampliaciones de capital, lo que se traduce en ahorros de costes financieros y menor dilución del capital.
Un IR activo y profesional desarrolla un accionariado más estable, institucional y a largo plazo, reduciendo la rotación especulativa. Esto facilita la ejecución de operaciones corporativas posteriores (SPOs, emisiones de deuda, block trades, etc.) en condiciones más ventajosas.
El BME Growth no garantiza por sí mismo cobertura analítica ni atención mediática. Un IR con agenda estratégica logra que la compañía entre en el radar de inversores profesionales, family offices y analistas sectoriales, catalizando la liquidez en el valor y generando deal flow de inversores para la propia compañía.
En un mercado caracterizado por menor liquidez relativa, la asimetría informativa puede provocar oscilaciones de cotización desproporcionadas. Un IR con narrativa estructurada y capacidad de reacción asegura un control proactivo de expectativas, amortiguando la volatilidad y preservando la valoración.
Delegar la función de IR en un rol específico, en lugar de sobrecargar al CEO o CFO, proyecta la imagen de una compañía que profesionaliza su estructura, reduce su dependencia de un único directivo y adopta prácticas propias de segmentos superiores. Este salto cualitativo refuerza la confianza de inversores, analistas y stakeholders estratégicos.
En el ecosistema del BME Growth, donde conviven proyectos con alta tracción junto a compañías aún en fase de consolidación, la función de Investor Relations se convierte en una ventaja competitiva tangible. No se trata únicamente de cumplir con obligaciones de información periódica, sino de gestionar activamente la relación con el mercado para optimizar la estructura de capital y maximizar el valor para el accionista.
En Rubicon Financial Advisors entendemos que el IR es un vector clave de creación de valor. Nuestro enfoque combina visión estratégica, disciplina de mercado y narrativa financiera para que las compañías no solo accedan al capital, sino que construyan relaciones sólidas y duraderas con la comunidad inversora.